por Antonio
Cruz Coutiño
Este es uno
de mis primeros textos sobre el
cultivo y aprovechamiento del cacao. De cuando me iniciaba en la administración
pública y trabajaba para FORTAM, oficina de la Secretaría de Gobierno, pionera en
la profesionalización de las administraciones municipales. Su nombre en verdad
era Comisión de Fortalecimiento Municipal. El texto fue elaborado bajo la
dirección del ingeniero Vicente Martínez Vázquez, fue publicado en la revista
La Chacona y su referencia es: Cruz Coutiño, Antonio (1985). “La conveniencia
de rehabilitar las plantaciones cacaoteras” en La Chacona. Órgano de divulgación de la Secretaría de Desarrollo Rural
(Año 3, Núm. 5). Tuxtla Gutiérrez. pp. 37-39.
Tres o cuatro años después de
eso, convencimos al buen Marco Antonio Besares, funcionario favorito del
gobernador Patrocinio González, de fundar ahí la Dirección de Extensión Rural, aún
hoy superviviente. Secretaría de Desarrollo Rural en donde algo más después fui
fundador de su Consejo Técnico Consultivo, junto con Froilán Esquinca Cano y
Jorge Luis Zuarth Macías, entre otros.
Así que va el texto, para recordar
esos nuestros primeros tiempos de ejercicio profesional.
En la agricultura tropical el
cultivo del cacao es de gran importancia. Se dice que en Centroamérica los mayas
fueron los primeros en formalizar su cultivo, y en el siglo XIV los aztecas
confirmaron su aprovechamiento. Actualmente, en el mercado nacional se
encuentra satisfecha la demanda, existiendo además un sobrante que se exporta, lo
que genera divisas al país.
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© Cacao hermoso y colorido. Chiapas. (2013) |
En la región Norte de Chiapas se
cultivan 12,500 hectáreas con un rendimiento
promedio de 300 a 400 kilos por
hectárea; la zona productora comprende los municipios de Ixtacomitán,
Pichucalco, Juárez, Sunuapa, Ostuacán, Ixtapangajoya y Solosuchiapa, donde se
cultiva el cacao tipo forastero sub-tipo amelonado; la mayoría de los
cacaotales que se encuentran en producción son plantaciones viejas, mal
planeadas, mal cuidadas, con sombras inadecuadas donde se aprecia falta de asistencia
técnica.
El objetivo primordial de la
rehabilitación de los cacaotales sería rejuvenecer las plantaciones viejas
existentes. Para hacerlas más productivas, así como aumentar el número de
plantas por hectárea, a fin de obtener un mayor rendimiento. Y es que, las
plantaciones, bajan su producción o se vuelven improductivas, debido a tres
causas básicas:
1. Que la planta crece libremente
y no se realizan podas adecuadas. 2. Los cacaotales se tienen en completo
abandono, sin la aplicación de insumos para el control de plagas y enfermedades
y nada de fertilización, y 3. Las plantaciones son ya demasiado viejas.
Así que las formas más
recomendables para realizar la rehabilitación de una plantación cacaotera es
por medio de podas, injertación y utilización de las plantaciones viejas como
sombra inicial, mismas que deberían efectuarse del siguiente modo:
Poda. Por este método se utilizan dos formas: poda
parcial y poda total. Cuando hacemos una poda parcial, se eliminan todas las
ramas viejas y mal formadas, tratando de conservar las mejores. Una poda total
o completa consiste en cortar desde el tronco de la planta, para estimular la
brotación de “chupones”, seleccionando los mejores para reemplazar a los
árboles viejos. Cuando se realiza la poda total o completa no se tiene
producción durante tres a cuatro años.
Injerto. Para lograr el injerto se realiza una poda
parcial o total, con el fin de promover la brotación de chupones, de los cuales
se seleccionan los mejores y se efectúa el injerto con yema de clones o
híbridos, los más sobresalientes de la región. Con este método no se tiene
cosecha en un lapso de dos años.
Uso de las plantas viejas como sombra inicial
El procedimiento a seguir en este
método es utilizar las plantaciones viejas como sombra inicial de las nuevas
plantas que se van a sembrar. La siembra se realiza en los espacios que hay
entre las hileras de las plantaciones existentes; la nueva planta será de
semilla clonal o híbridos mejorados para obtener buenos rendimientos.
A esta nueva plantación se le
establece una sombra adecuada a base de árboles de tepenaguaste o samán (Samanea saman de las fabáceas). Y, para
no dejar de cosechar, esta vieja plantación debe eliminarse parcialmente en cuatro
partes, durante cuatro años, lo que consiste en eliminar por medio de podas una
cuarta parte cada año. Una vez cumplido el lapso, la plantación nueva ha de proporcionar
una producción considerable.
La Secretaría de Desarrollo
Rural, por medio de la Dirección de Investigación y Extensión Rural, y la
Dirección de Agricultura, han implementado programas tendientes a rehabilitar mil
hectáreas en el municipio de Pichucalco, donde durante los últimos dos años se
han formado clones que beneficiarán a las plantaciones de la región. Después
del tercer año de observación de los clones y su análisis estadístico, se
liberará todo este material.
También se está recomendando
aumentar el número de plantas por hectárea, para eliminar las densidades utilizadas
de 625 (4x4 metros) y 500 (5x5 metros) plantas por hectárea, para promover la
de 950 plantas (3.5x3.5 metros), e incluso la de 1,111 (3x3 metros) por
hectárea, bajo el método de siembra a tresbolillo, debido a que estas
densidades son posibles y alcanzan rendimientos mayores.
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