sábado, 26 de noviembre de 2022

RENOVACIÓN DE CACAOTALES, PICHUCALCO 1984

por Antonio Cruz Coutiño

Este es uno de mis primeros textos sobre el cultivo y aprovechamiento del cacao. De cuando me iniciaba en la administración pública y trabajaba para FORTAM, oficina de la Secretaría de Gobierno, pionera en la profesionalización de las administraciones municipales. Su nombre en verdad era Comisión de Fortalecimiento Municipal. El texto fue elaborado bajo la dirección del ingeniero Vicente Martínez Vázquez, fue publicado en la revista La Chacona y su referencia es: Cruz Coutiño, Antonio (1985). “La conveniencia de rehabilitar las plantaciones cacaoteras” en La Chacona. Órgano de divulgación de la Secretaría de Desarrollo Rural (Año 3, Núm. 5). Tuxtla Gutiérrez. pp. 37-39.

Tres o cuatro años después de eso, convencimos al buen Marco Antonio Besares, funcionario favorito del gobernador Patrocinio González, de fundar ahí la Dirección de Extensión Rural, aún hoy superviviente. Secretaría de Desarrollo Rural en donde algo más después fui fundador de su Consejo Técnico Consultivo, junto con Froilán Esquinca Cano y Jorge Luis Zuarth Macías, entre otros. 
 
Así que va el texto, para recordar esos nuestros primeros tiempos de ejercicio profesional.
 
En la agricultura tropical el cultivo del cacao es de gran importancia. Se dice que en Centroamérica los mayas fueron los primeros en formalizar su cultivo, y en el siglo XIV los aztecas confirmaron su aprovechamiento. Actualmente, en el mercado nacional se encuentra satisfecha la demanda, existiendo además un sobrante que se exporta, lo que genera divisas al país.

© Cacao hermoso y colorido. Chiapas. (2013)
En la región Norte de Chiapas se cultivan 12,500 hectáreas con un rendimiento
promedio de 300 a 400 kilos por hectárea; la zona productora comprende los municipios de Ixtacomitán, Pichucalco, Juárez, Sunuapa, Ostuacán, Ixtapangajoya y Solosuchiapa, donde se cultiva el cacao tipo forastero sub-tipo amelonado; la mayoría de los cacaotales que se encuentran en producción son plantaciones viejas, mal planeadas, mal cuidadas, con sombras inadecuadas donde se aprecia falta de asistencia técnica.

 
El objetivo primordial de la rehabilitación de los cacaotales sería rejuvenecer las plantaciones viejas existentes. Para hacerlas más productivas, así como aumentar el número de plantas por hectárea, a fin de obtener un mayor rendimiento. Y es que, las plantaciones, bajan su producción o se vuelven improductivas, debido a tres causas básicas:
 
1. Que la planta crece libremente y no se realizan podas adecuadas. 2. Los cacaotales se tienen en completo abandono, sin la aplicación de insumos para el control de plagas y enfermedades y nada de fertilización, y 3. Las plantaciones son ya demasiado viejas.
 
Así que las formas más recomendables para realizar la rehabilitación de una plantación cacaotera es por medio de podas, injertación y utilización de las plantaciones viejas como sombra inicial, mismas que deberían efectuarse del siguiente modo:
 
Poda. Por este método se utilizan dos formas: poda parcial y poda total. Cuando hacemos una poda parcial, se eliminan todas las ramas viejas y mal formadas, tratando de conservar las mejores. Una poda total o completa consiste en cortar desde el tronco de la planta, para estimular la brotación de “chupones”, seleccionando los mejores para reemplazar a los árboles viejos. Cuando se realiza la poda total o completa no se tiene producción durante tres a cuatro años.
 
Injerto. Para lograr el injerto se realiza una poda parcial o total, con el fin de promover la brotación de chupones, de los cuales se seleccionan los mejores y se efectúa el injerto con yema de clones o híbridos, los más sobresalientes de la región. Con este método no se tiene cosecha en un lapso de dos años.
 
Uso de las plantas viejas como sombra inicial
 
El procedimiento a seguir en este método es utilizar las plantaciones viejas como sombra inicial de las nuevas plantas que se van a sembrar. La siembra se realiza en los espacios que hay entre las hileras de las plantaciones existentes; la nueva planta será de semilla clonal o híbridos mejorados para obtener buenos rendimientos.
 
A esta nueva plantación se le establece una sombra adecuada a base de árboles de tepenaguaste o samán (Samanea saman de las fabáceas). Y, para no dejar de cosechar, esta vieja plantación debe eliminarse parcialmente en cuatro partes, durante cuatro años, lo que consiste en eliminar por medio de podas una cuarta parte cada año. Una vez cumplido el lapso, la plantación nueva ha de proporcionar una producción considerable.
 
La Secretaría de Desarrollo Rural, por medio de la Dirección de Investigación y Extensión Rural, y la Dirección de Agricultura, han implementado programas tendientes a rehabilitar mil hectáreas en el municipio de Pichucalco, donde durante los últimos dos años se han formado clones que beneficiarán a las plantaciones de la región. Después del tercer año de observación de los clones y su análisis estadístico, se liberará todo este material.
 
También se está recomendando aumentar el número de plantas por hectárea, para eliminar las densidades utilizadas de 625 (4x4 metros) y 500 (5x5 metros) plantas por hectárea, para promover la de 950 plantas (3.5x3.5 metros), e incluso la de 1,111 (3x3 metros) por hectárea, bajo el método de siembra a tresbolillo, debido a que estas densidades son posibles y alcanzan rendimientos mayores.
 


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